Cuando reconocemos que nuestra vista necesita una ayuda, siempre recurrimos a las gafas, sin pensar que existen otras posibilidades para mejorar nuestra vista. Si probaste los lentes de contacto hace años y no te gustaron, puede ser el momento de volver a probar. Ahora los lentes de contacto no solo son más cómodos, sino que los puedes usar incluso si tenés sequedad en los ojos o presbicia, que también se conoce como trastorno de envejecimiento de los ojos.
A continuación algunas recomendaciones a tener en cuenta:
No duermas con los lentes puestos. Una de cada tres personas que usan lentes de contacto se los dejan puestos para dormir o tomar siestas, lo que puede aumentar de seis a ocho veces el riesgo de tener infecciones en los ojos. La mala higiene también es un problema: el 45% de los adultos usan los lentes durante más tiempo que el indicado, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Consigue una receta. Los lentes de contacto son dispositivos médicos, se indica que tres de cada seis casos de infección fueron con lentes que se compraron sin receta. Los lentes que se compran en internet o en otros lugares cuestionables pueden causar infecciones bacterianas, reacciones alérgicas e incluso “un daño considerable en la capacidad de los ojos para desempeñar sus funciones”, según los CDC.
Evita el contacto de los lentes con el agua. ¿Piensas nadar o bañarte con los lentes puestos? Mala idea. Los gérmenes del agua pueden adherirse a los lentes y causar infecciones, advierten los CDC.
Usa una solución nueva para los lentes de contacto. Mezclar una solución nueva con una vieja puede reducir su eficacia para eliminar gérmenes. Además, nunca debes enjuagar los lentes con agua ni con saliva. Otro consejo para eliminar gérmenes: cambia el estuche de los lentes de contacto por lo menos cada tres meses.
Lávate las manos. Usa agua y jabón, y luego sécate bien las manos antes de tocar los lentes. Siempre.
Programa un examen de la vista cada año. Esto es incluso más importante a medida que envejecemos, ya que hay otros problemas de salud que también pueden afectar la vista. Las personas que tienen diabetes o hipertensión o que toman medicamentos que tienen efectos secundarios relacionados con los ojos corren más riesgo de tener problemas en la vista. Muchas enfermedades oculares no tienen síntomas iníciales. Pueden evolucionar sin dolor y las personas pueden no notar los cambios en la vista hasta que el problema ya está muy avanzado.
Si sus ojos muestran cualquier signo de inflamación o irritación o si nota algún dolor o molestia, retire los lentes y utilice sus gafas. También debería retirarlos si tiene fiebre o un resfriado fuerte. Durante la recuperación de cualquier enfermedad, es importante consultar con el médico si puede seguir utilizando los mismos lentes de contacto o debería reemplazarlos para mayor seguridad. Especialmente con los lentes mensuales o semestrales.